Los buenos ratos que he pasado leyendo esta novela, he de agradecérselos a BlackBetty. Estaba entre sus tres libros de imprescindible lectura del año 2009 y me alegro enormemente de haber confiado en su criterio.
Todo tiene una excepción, y esta novela ha sido la mía. “El mundo después del cumpleaños” cumplía todos los requisitos para que, de haber dependido exclusivamente de mi, es decir, si nadie me lo hubiera recomendado, nunca la habría leído. Para empezar, un simple vistazo a la contraportada y ver que está escrita enterita (es que no hay ningún hueco), con una letra diminuta, hubiera hecho que la descartase inmediatamente. Ya he comentado hasta la saciedad la pérdida de interés que me producen las portadas con información en demasía.
Al comenzar a leer, nos encontramos con un narrador omnisciente que expresa de forma muy detallada absolutamente todos los pensamientos de la protagonista. Otro obstáculo que sortear. Soy alérgica a las narraciones demasiado descriptivas que tienden a ralentizar la acción. Leo rápido y me gusta leer rápido, no poder hacerlo a mi ritmo habitual es algo que no va conmigo. A pesar de todos los contras que, a priori, harían de esta novela algo aburrido pera mi, la historia me atrapó tan rápido que no me di cuenta de cuándo había traspasado la barrera de las 100 páginas.
El argumento plantea un conflicto de lo más interesante. Irina y Lawrence son una pareja de norteamericanos afincados en Londres. Cada 6 de julio cenan con Ramsey Acton (un famosísimo jugador de snooker) y su mujer (que trabaja con Irina, de ahí el vínculo entre ambas parejas), con motivo del cumpleaños de Ramsey. A pesar del divorcio con su mujer, Irina y Lawrence siguen cenando con él en esa fecha. Un año, Lawrence está de viaje e insiste a Irina para que vaya igualmente a la cena. Ella no está muy por la labor ya que, cree que no tendrá nada de que hablar con él y se sentirá incómoda. Nada más lejos de la realidad, no sólo se siente cómoda, sino también atraída por Ramsey hasta el punto de querer besarlo.
A partir del instante en el que Irina ha de tomar la decisión de besarlo o no, la acción se bifurca de modo que se cuenta en capítulos alternos lo que hubiera pasado en función de si lo hubiera besado o no. Es espectacular la forma en que Lionel Shriver consigue que dos historias diametralmente opuestas, estén enlazadas de algún modo sin caer en lo obvio, con pequeños, pero importantes detalles.
A mi, leer este libro me ha dado que pensar. El mensaje que extraigo es el ver que cada decisión tiene sus consecuencias, buenas y malas, todo tiene su lado positivo y negativo y hay que aceptarlo como venga. Cuando nos vienen mal dadas, lo fácil es la autocompasión y pensar en que nos equivocamos en esto o en aquello, en lo que se pudo haber hecho y no se hizo, en lugar de pensar qué podemos hacer a partir de ahora. Y cuando las cosas van bien, lo fácil es vivir en una nube, darnos un aplauso a nosotros mismos y pensar en lo bien que hice lo otro y lo demás allá. En las decisiones importantes de la vida, hay que mantener un equilibrio, un término medio porque en cualquier momento puede haber un giro de 180 grados que te deja completamente del revés, para bien o para mal, y hay que estar preparado para todo.
Estoy de acuerdo totalmente de acuerdo con BlackBetty, es una novela de imprescindible lectura.
Todo tiene una excepción, y esta novela ha sido la mía. “El mundo después del cumpleaños” cumplía todos los requisitos para que, de haber dependido exclusivamente de mi, es decir, si nadie me lo hubiera recomendado, nunca la habría leído. Para empezar, un simple vistazo a la contraportada y ver que está escrita enterita (es que no hay ningún hueco), con una letra diminuta, hubiera hecho que la descartase inmediatamente. Ya he comentado hasta la saciedad la pérdida de interés que me producen las portadas con información en demasía.
Al comenzar a leer, nos encontramos con un narrador omnisciente que expresa de forma muy detallada absolutamente todos los pensamientos de la protagonista. Otro obstáculo que sortear. Soy alérgica a las narraciones demasiado descriptivas que tienden a ralentizar la acción. Leo rápido y me gusta leer rápido, no poder hacerlo a mi ritmo habitual es algo que no va conmigo. A pesar de todos los contras que, a priori, harían de esta novela algo aburrido pera mi, la historia me atrapó tan rápido que no me di cuenta de cuándo había traspasado la barrera de las 100 páginas.
El argumento plantea un conflicto de lo más interesante. Irina y Lawrence son una pareja de norteamericanos afincados en Londres. Cada 6 de julio cenan con Ramsey Acton (un famosísimo jugador de snooker) y su mujer (que trabaja con Irina, de ahí el vínculo entre ambas parejas), con motivo del cumpleaños de Ramsey. A pesar del divorcio con su mujer, Irina y Lawrence siguen cenando con él en esa fecha. Un año, Lawrence está de viaje e insiste a Irina para que vaya igualmente a la cena. Ella no está muy por la labor ya que, cree que no tendrá nada de que hablar con él y se sentirá incómoda. Nada más lejos de la realidad, no sólo se siente cómoda, sino también atraída por Ramsey hasta el punto de querer besarlo.
A partir del instante en el que Irina ha de tomar la decisión de besarlo o no, la acción se bifurca de modo que se cuenta en capítulos alternos lo que hubiera pasado en función de si lo hubiera besado o no. Es espectacular la forma en que Lionel Shriver consigue que dos historias diametralmente opuestas, estén enlazadas de algún modo sin caer en lo obvio, con pequeños, pero importantes detalles.
A mi, leer este libro me ha dado que pensar. El mensaje que extraigo es el ver que cada decisión tiene sus consecuencias, buenas y malas, todo tiene su lado positivo y negativo y hay que aceptarlo como venga. Cuando nos vienen mal dadas, lo fácil es la autocompasión y pensar en que nos equivocamos en esto o en aquello, en lo que se pudo haber hecho y no se hizo, en lugar de pensar qué podemos hacer a partir de ahora. Y cuando las cosas van bien, lo fácil es vivir en una nube, darnos un aplauso a nosotros mismos y pensar en lo bien que hice lo otro y lo demás allá. En las decisiones importantes de la vida, hay que mantener un equilibrio, un término medio porque en cualquier momento puede haber un giro de 180 grados que te deja completamente del revés, para bien o para mal, y hay que estar preparado para todo.
Estoy de acuerdo totalmente de acuerdo con BlackBetty, es una novela de imprescindible lectura.
5 comentarios:
¡¡¡¡¡Ehhhhhhhhhhh!!!!!
:-) No sabes lo que me alegro de que te gustara. Mira, yo le tengo "alergia" justamente a los libros que describes, incluso me decantaba por extensión, pero después de leer "Tenemos que hablar de Kevin" cambié de parecer y empecé a considerar libros que a primera vista no hubiese leído. Y me ha ido muy bien...
un abrazote!
Hola BlackBetty! Aprovecho y ya te digo que tienes un gusto literario excelente. Viendo tu lista de libros ya sabía que me podía fiar de tu criterio y el que me gustase este libro me lo vino a confirmar. "Tenemos que hablar de Kevin" está en la lista de libros por leer y caerá fijo, pero tengo una especie de norma autoimpuesta de procurar no leer a un mismo escritor muy seguido porque corro el riesgo de que me sature. Ya me ha pasado, me emociono y empiezo a leer cosas del mismo tío/a sin parar y termino hasta la coronilla.
1 abrazo
;-) a mí también me pasa pero vuelvo a caer en el error cuando me entusiasmo...
Tomo nota del libro. Tiene una pinta excelente, y todo lo que has dicho me convence todavía más. Muchas gracias. Un beso!
BlackBetty: hace años me pasó con Ken Follet. Consecuencia: debo de ser de las pocas personas lectoras empedernidas que no han leído "Los Pilares de la tierra" y, por tanto, tampoco "Un mundo sin fin", es lo que tiene la saturación. 1 besiño.
Xose: ya me contarás si a ti también te gusta, yo creo de verdad que no te arrepentirás. 1 besiño
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Ya que has leído tendrás algo que decir, digo yo.