martes, 30 de marzo de 2010

Activa, pasiva y perifrástica style

Hace una semana, descubrí una nueva afición, algo que nunca pensé que me gustaría y mucho menos que se me fuese a dar bien: ir de tiendas con amigas y montarles el estilismo. Es algo así como cuando mi madre le ponía los vestidos a su muñeca Mariquita Pérez, pero con gente de carne y hueso.
Todo empezó de casualidad, es decir, quedé con una amiga, acabamos en Zara sin planearlo y, sin comerlo ni beberlo, me encontré diciéndole cómo debía combinar unos pantalones convenciéndola para que se los comprase y, se ve que acerté, porque recientemente me ha confesado lo encantada que está con la compra.
No le daría tanto bombo a algo así, si no fuera porque a toda la gente que me conoce les sorprende esta nueva faceta que me gasto de un par de años para aquí, (sobretodo en el último año) de intentar seguir las tendencias. Eso sí, siempre intentando adaptarlas a mi estilo sport-casual, es decir, medianamente mona pero cómoda ante todo. Mi lema es: si algo no me convence o no me veo bien con el puesto, no lo pongo por muy de moda que esté. Tres cosas me quedaron muy claritas cuando se me dio por ver Supermodelo:

1) Nunca le digas a una aspirante a modelo que "tiene más cuerpo de miss que de modelo" si pretendes salir con vida de la habitación.
2) "Santander está donde tiene que estar" frase original de Judith Mascó.
3) Si no te sientes cómodo con algo, no lo pongas.

Al lío que me voy por las ramas. Entiendo la estupefacción de mis allegados ante mi cambio de actitud. Realmente era una persona que pasaba ampliamente de todo lo relacionado con la ropa, complementos etc, empezando por algo tan básico como es el combinar colores. Yo creo que parecía que por la mañana abría el armario a oscuras para elegir la ropa, que lo hacía con los ojos cerrados y de espaldas o que me vestía así por una apuesta. Vamos que era un desastre. Yo no me vestía, me tapaba que no es lo mismo.

No se cómo pasó, no me di cuenta de la progresión, pero un día me sorprendí a mi misma leyendo la parte que no era de entrevistas con actores de las revistas de moda e interesándome por ir de compras y vestir medianamente decente. No soy para nada una fachion victim, ni voy todos los días de compras, pero reconozco y, para nada me importa confesar, que me encuentro bien y muy a gusto intentando "estar guapa" (o haciendo lo que puedo por estarlo) y que me siente bien con lo que me visto. No se si me estoy explicando o estoy pareciendo pretenciosa.

En fin, que debido a este recién encontrado hobby, nace una nueva sección en el blog: trrrrrrrrrrrrrrrrr (eso pretendía ser un redoble de tambores): ACTIVA, PASIVA Y PERIFRÁSTICA STYLE. Básicamente, consistirá en dar mi opinión acerca de estilismos varios. O sea, lo mismo que vengo haciendo con pelis, libros, situaciones cotidianas etc pero con trapitos. Ya se que no es nada que no se haya hecho antes, ni un alarde de originalidad, pero bueno, que básicamente es mi blog, y me apetece escribir sobre esto de vez en cuando.
Señoras y señores, la frivolidad ha llegado a Por activa, por pasiva y por perifrástica, qué le vamos a hacer ;)

Posiblemente, quedará inaugurada oficialmente el jueves o el viernes ,como muy tarde (dejadme que coja algo de oxígeno vacacional cargado de, espero, inspiración fashionista), con el primer post que, ¡oh, casualidades de la vida! coincide con mi última adquisición: los boyfriend jeans. Espero que os guste, cariño al hacerla, no va a faltar ;). Si no escribo antes, hasta entonces.

domingo, 28 de marzo de 2010

Cambio de look

Lo que empezó como un "enciendo el portátil un momentito para ver el correo", terminó siendo toda un lavado de cara para mi blog. No se muy bien cómo llegué a lo que ahora mismo teneis en pantalla. Llevaba tiempo con ganas de cambiar la plantilla y poner el formato de tres columnas, pero no encontraba un hueco para ponerme. Empecé como quién no quiere la cosa y dos horas después de decidir el fondo, pruebas de colores y de estudios de colocación para todos y cada uno de los gadgets de los que consta: voilá, he aquí el resultado final. Y la cosa no quedó ahí, ya puestos en faena, pues también cambié la plantilla del twitter.

A partir de ahí, fue como si una parte de mi cerebro despertase o algo así y se me empezaron a ocurrir secciones para el blog, temas sobre los que escribir, vamos, un no parar.
Pregunta capciosa a la parte racional de mi mente: ¿En qué hora del día se supone que voy a hacer todo lo que pretendo? Respuesta: cuando puedas y a los pocos, maja. Que el día sólo tiene 24 horas.
Consecuencia de pensar con un poco de sensatez y detenidamente las cosas: aunque el primer paso del cambio está dado, las nuevas secciones se irán incorporando poco a poco. Veremos en qué queda todo.

En fin, pues nada más por ahora, ya me comentareis qué os parece el cambio de look. Hasta el próximo post.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Motivación musical

Ahora está muy de moda el usar música para motivar al personal, sobretodo a raíz de que se supo que Guardiola ponía la canción "Viva la vida" de Coldplay en el vestuario antes de los partidos (esta temporada, por lo visto es "Human" de The killers"). Claro, luego ganan 6 títulos en una temporada y la gente piensa: "Oye, pues debe de funcionar lo de la cancioncilla".

Lo de la motivación a través de la música se lleva haciendo toda la vida, o por lo menos una servidora lo lleva haciendo desde que a alguno de mis tíos se le ocurrió la feliz idea de regalarme un walkman por mi cumpleaños. Y cuando he escrito la palabra "walkman" he tenido una crisis de edad muy fuerte al pensar que lo mismo alguno de mis lectores no sabe lo que es eso, y vagamente le suenan las cintas de casette de ver las del Fary en alguna gasolinera de la España profunda. En fin, no vayamos por ahí que es terreno pantanoso, corramos un tupido velo.
A ese primer reproductor portátil de música (no suena tan a viejo), le siguió otro más modernillo del mismo tipo. Lo siguiente fue un Discman, todo un salto cualitativo aunque tenía un serio inconveniente, no se podía meter en ningún bolsillo y si lo metía en el bolso el cable se quedaba corto, por lo que si pretendía mantener mi costumbre de escuchar música por la calle, debía llevarlo en la mano. Cosa totalmente infactible los días de lluvia ya que a todo lo que habitualmente lleva uno consigo, hay que sumarle el paraguas (que muchas veces debe ser agarrado con las dos manos). Esto se subsanó cuando llegó el Mp4 ( y luego otro más) y finalmente mi querido iPod Shuffle, del que no me desharé hasta que se caiga a cachos,entre otras cosas, porque fue mi autorregalo el día que aprobé la última asignatura de la carrera.

Tras este pequeño resumen de la logística de mi vida musical portátil, decir que, desde siempre, tengo la costumbre de dejar preparada por la noche, la canción que escucharé nada más poner un pie en la calle al día siguiente (ya comenté en alguna ocasión que lo hacía). Una forma de motivarme para ir a clase o a la biblioteca, en su día y, ahora, al trabajo. No es siempre la misma, va por rachas y suelo cambiarla cada cierto tiempo. El caso es que, aunque para ir al curro no necesito una motivación especial por ahora, no rompo mi pequeña manía/costumbre/tradición y, desde hace una semana tengo "Jump" de Madonna (para levantar el ánimo y quitar legañas esta mujer es única):





Es más, creo que la letra me viene al pelo:

[Written by Madonna, Joe Henry and Stuart Price]

(spoken):
There’s only so much you can learn in one place
The more that I wait, the more time that I waste

I haven’t got much time to waste, it’s time to make my way
I’m not afraid of what I’ll face, but I’m afraid to stay
I’m going down my own road and I can make it alone
I'll work and I'll fight, Till I find a place of my own

Are you ready to jump?
Get ready to jump
Don’t ever look back, oh baby
Yes, I’m ready to jump
Just take my hands
Get ready to jump!

We learned our lesson from the start, my sisters and me
The only thing you can depend on is your family
And life’s gonna drop you down like the limbs of a tree
It sways and it swings and it bends until it makes you see

Are you ready to jump?
Get ready to jump
Don’t ever look back, oh baby
Yes, I’m ready to jump
Just take my hands
Get ready to, are you ready?

(Spoken:)
There’s only so much you can learn in one place
The more that you wait, the more time that you waste

I'll work and I'll fight till I find a place of my own
It sways and it swings and it bends until you make it your own

I can make it alone(my sisters and me) (repeat 7x)

Are you ready to jump?
Get ready to jump
Don’t ever look back, oh baby
Yes, I’m ready to jump
Just take my hands
Get ready to jump!

Are you ready to jump?
Get ready to jump
Don’t ever look back, oh baby
Yes, I’m ready to jump
Just take my hands
Get ready to, are you ready?

Y ya por seguir con la costumbre de acabar en pregunta: ¿Cuál es vuestra motivation song?

sábado, 20 de marzo de 2010

Momentos de felicidad


Hace tiempo oí en alguna parte, la verdad es que no recuerdo muy bien donde, la siguiente frase: " La felicidad completa no existe, lo que hay son momentos de felicidad". Si he de ser sincera, esta frase me marcó, es más, creía que era verdad al 100%. Y, sin embargo, desde hace un par de años, no puedo estar más en desacuerdo.
En mi opinión, la felicidad no es un estado transitorio: o se es, o no se es, pero no vale decir "fui feliz hasta las 6 de la tarde y luego se torció el día y ya no". Creo que el autor de esa cita confundió felicidad con alegría. A lo largo del día una persona puede pasar por todos los estados de ánimo habidos y por haber, e incluso, tener alguno repe. Y quién dice un día, dice una semana o un mes. A la hora de valorar si se es feliz o no, unas personas darán más peso a lo negativo y dirán que no son felices y habrá personas, que a pesar de los malos momentos, darán más importancia a lo positivo y, si se les pregunta, contestarán que son felices.

Personalmente, me considero una persona afortunada: soy feliz, muy feliz. Y claro que tengo momentos malos, como todo hijo de vecino, pero procuro que no empañan la infinidad de momentos de profunda felicidad que tengo a lo largo del día. Y, ¡ojo! conseguir esto me ha costado, ya digo que hace unos años no era una persona tan optimista y alegre como puedo ser ahora y, lo de optimista, sigo sin serlo del todo, pero vamos mejorando en ese aspecto día a día, que la felicidad hay que currársela y buscarla, no va a venir por ósmosis.

Muchos dirán que es muy fácil decir lo de no dar importancia a los malos momentos o a las malas experiencias que pone la vida en el camino, pero sí se consigue. Hay bastantes casos de gente (no es mi caso) que vista desde fuera, tendría todas las papeletas para ser una persona desgraciada y, sin embargo, se ve perfectamente la felicidad en su cara. ¿El secreto? creo que depende de la capacidad de cada persona de encontrar la felicidad en lo cotidiano, en no necesitar nada extraordinario para ser totalmente feliz. Que las grandes "cosas", los momentazos, vamos a llamarlas así, dan un subidón increíble y ayudan a agrandar, aumentar y multiplicar por mil la sensación de felicidad, pero no la proporcionan.

El otro día, conduciendo, estaba inmersa en mi mundo interior, empecé a divagar con este tema y me pregunté si era feliz. La respuesta fue afirmativa, como ya adelanté antes. Lo siguiente fue pensar en aquellas cosas, en aquellos momentos que me hacían sentir tan bien, estos son algunos:

- El trayecto en coche los viernes, cuando vuelvo a Pontevedra. Realmente disfruto ese momento. Voy todo el camino con una sonrisita tonta. Ese momento en el que estoy en carretera, con mi musica, (ya se ha acabado la semana) estoy totalmente en paz y relajada.

- Tarde de compras con parada para repostar (aclarar que para mí gasolina = café). No es necesario comprar nada, sólo ir de paseo y las tiendas son una excusa.

-El café de mediamañana con los compañeros de trabajo: me encanta mi trabajo, pero en el ratito del café, me lo paso bomba y me río muchísimo.

-En verano, tarde de playa. Pero no me vale cualquier cosa, hay un ritual: lo primero es que tengo que ir sin prisa, tiene que dar exactamente igual a la hora a la que baje y a la hora a la que vuelva a casa. Ir andando hasta allí, por supuesto (es un cuarto de hora, no es algo herniante), una vez allí, caminar por la arena (suele ser una media de cinco veces ida y vuelta, tengo la distancia medida, en total es algo más de 9 kilómetros), me gusta ir acompañada, hablando (la ausencia de acompañante es suplida con iPod, pero para esto, mejor charla que música). Luego bañito relajante nadando una buen rato. Para secarme, una partida de palas y, cuando anochece, de vuelta a casiña, ducha y salir a tomar algo.

-Ir a una librería y salir con botín bajo el brazo.

-Una buena peli, en buena compañía. No tiene porqué ser en cine y pantalla grande, en casa de alguien tirados en el sofá.

-Tertulia y confesiones en torno a una humeante taza de café. Nota: soy perfectamente consciente de que tomo mucho café, es mi único vicio y lo llevo al extremo.

-Planificando actividades que me apetece hacer. Ahora mismo estoy inmersa en la plainificación de una escapada de fin de semana en mayo y lo paso pipa, yo creo que lo paso casi tan bien, como luego en el viaje en sí.

-Cuando estoy con mis amigos y se nos va la pinza de tal forma que empezamos a decir tonterías y nos reímos con cualquier chorrada.

-Cuando me engancho a una serie y encuentro a otra persona que la sigue con la misma devoción que yo: me puedo tirar horas hablando y teorizando sobre ella (por supuesto, con café de por medio).

-Cuando empiezo a tener confianza con la gente a la que acabo de conocer y veo que empeamos a vacilarnos mutuamente.

-Cuando consigo hacer algo que no era capaz y cuando mejoro en algo que ya hacía.

Seguramente, alguna más me he dejado en el tintero, pero aún así, a la vista de todo esto creo que puedo afirmar con total rotundidad dos cosas:

1) Soy una persona muy afortunada.
2) Definitivamente, soy una persona feliz.

Para finalizar, lanzo una pregunta: ¿Qué situaciones de la vida cotidiana contribuyen a vuestra felicidad?

lunes, 15 de marzo de 2010

"Maldito karma" de David Safier

Ya me daba vergüenza ver la portada del libro en la barra lateral del blog, en la sección de lo que estaba leyendo. ¡¡¡Casi dos meses!!! y no precisamente porque me costase leerlo, fue por falta de tiempo. No os fieis de lo que me llevó leerlo a mi, es la clásica novela para leer en dos tardes. Una si hay alerta naranja por temporal de lluvia y viento.

La primera vez que oí hablar de esta novela fue poco antes de Navidad en el programa "pagina2", de la 2 de Televisión Española (sí, ese canal existe, no es un mito, a veces lo veo y todo) y cuando contaron de qué iba, el argumento llamó poderosamente mi atención. Tanto es así que en una de mis múltiples visitas a librerías, en la que iba acompañada por mi hermana, sutilmente le sugerí que quería la quería como regalo de Reyes. Bueno, lo de la sutilidad no es mi fuerte, básicamente me planté delante de ella con el libro en la mano y le solté: "Quiero esto por Reyes", ya se sabe que donde hay confianza da asco y con ella tengo para regalar.
Hermana de María_MC pilló la "indirecta-directa", y ¡oh, sorpresa!, la mañana del 6 de enero, tuve mi ejemplar entre las manos.

Resumiendo el argumento: La protagonista de la historia es Kim Lange, una presentadora de televisión que se encuentra en lo más alto de su carrera profesional, cuando es víctima de un accidente y muere aplastada por el lavabo de una estación espacial. Una vez llega al "más allá" ,se entera de que a lo largo de su vida no ha hecho más que acumular mal karma: descuida el cuidado de su hija, es una persona egoista, le es infiel a su marido... por lo que será castigada a reencarnarse en otras especies diferentes y, a base de buenas acciones, deberá acumular buen karma para ir ascendiendo y poder volver a ser humana.

Se trata de un libro muy ameno, rápido y fácil de leer. Muy divertido, proporciona al lector una carcajada fácil, a la vez que hace una reflexión sobre la vida y las prioridades que adoptamos a la hora de vivirla en clave de fábula moderna, con moraleja incluída.
Es, en mi oprinión, el tipo de novela que genera afición a la lectura, puesto que el ritmo de lectura es dinámico y ágil, no cuesta leerla, se retoma fácilmente (y en esto creedme, que me vi obligada a hacerlo en incontables ocasiones) y, por si fuera poco, es realmente graciosa. A destacar lo que Kim piensa pero no dice, las cosas que a esta mujer se le pasan por la cabeza son tronchantes.
Aún a riesgo de que sea un fiasco, sería interesante ver la película. ¿Qué más puedo decir? A mi me encantó.


jueves, 11 de marzo de 2010

Cuestión de aspecto (y de tener dos dedos de frente)

Hay algo que me pone mala y es ver a una modelo, cantante y demás gente de la farándula, de estas de físico espectacular en la tele diciendo eso de : "Es todo genética, no me cuido nada" o bien "No hago nada especial, sólo beber mucha agua y dormir 8 horas". Cuando esto lo hacen chicas de veintitantos, pues te lo puedes creer o no, pero probabilidades de que sea cierto, haberlas hailas. Ahora bien, cuando eso lo suelta una ex-modelo cuarentona o cuarentañera como más rabia os de decirlo, suena a cuento chino por una simple y llana razón: a esa edad la gravedad empieza a hacer estragos y si no se hace un poco de ejercicio las carnes caen, es el temido momento en el que hay que elegir entre el culo y la cara.


Por herencia vía abuela paterna, tiendo a valorar mucho más aquellas cosas que requiere mucho esfuerzo el conseguirlas. Soy así, ¿qué le voy a hacer? Por ello, no soy modelo ni de refilón, pero con mucho orgullo digo que si estoy en forma es porque soy una persona asidua al gimnasio y, una vez allí, me machaco y porque cuido mi alimentación. Y es también por ello, por lo que valoro mucho el que una supermodelo como Marisa Miller (la chiquilla de la foto), diga en una entrevista que se leerá a escala mundial y se traducirá a multitud de idiomas, que hace dos horas de ejercicio físico diarias: le gusta comer y, dado que vive de su cuerpo y pasa de tener que estar contando calorías el resto de su vida, tiene que quemarlas.





Sí, este cuerpazo, es en parte (no vamos a negar el componente genético, no sería realista el hacerlo, la materia prima es buena), fruto del esfuerzo. Esfuerzo que ha encontrado recompensa puesto es una de las modelos más cotizadas y ángel de Victorias´s Secret (y todos sabemos que serlo es condición imprescindible para estar en el olimpo de las supermodelos). Es que además, esta confesión es muy positiva. En estos tiempos donde la imagen lo es casi todo y en los que hay una obsesión por alcanzar la perfección marcada por los cánones de belleza modernos, el que un pivón así te diga que lo consigue a base de ejercicio físico y dieta equilibrada y sin pasar hambre, proporciona un mensaje alentador al resto de los mortales, el mensaje de: si quiero, puedo. El caso es querer, claro está, pero se abre una ventana a la esperanza.

Esta chica, podría tirarse el rollo y decir las frasecitas con las que comencé el post, o ir más allá, que se le fuera la pinza y negarse a comer en público como hace Victoria Beckham, pero no. Llamadme rara, si quereis, pero si tengo algún día una hija y me dice que quiere ser modelo, me tranquiliza pensar que hay alternativas a Kate Moss como modelo de conducta dentro del gremio de las maniquíes.

domingo, 7 de marzo de 2010

Los hombres que miraban fijamente a las cabras

El viernes pasado, cuando fui a ver Shutter Island, (peliculón, no me cansaré de repetirlo) me fijé en el cartel de "Los hombres que miraban fijamente a las cabras" y, de forma automática y sin haber visto el trailer, supe que me gustaría. No se, el título me pareció tremendamente atrayente. No me estoy tirando el rollo de que tengo una intuición cinematográfica de la leche, hay testigos. Concretamente tres: mis padres y mi hermana.
Por lo tanto, cuando me llamaron para verla ayer por la tarde, no dudé en ir. Y he de decir que, en esta ocasión el instinto no me ha fallado, me lo pasé en grande viéndola. Hacía mucho tiempo que no me reía así en el cine. El balance del fin de semana cinéfilo en pantalla grande y con palomitas, ha sido muy (pero que muy) positivo.

Se trata de una comedia bélica adaptación del libro de Jon Ronson "Men who stare at goats". Dirigida por Grant Heslov, la película cuenta la historia de Bob Wilton (Ewan McGregor),un periodista que busca "emociones fuertes" y decide irse a Irak como corresponsal de guerra. Una vez allí, conoce a Lyn Cassidy (George Clooney), un tipo que asegura pertenecer a una división especial del ejército americano en la que los soldados son entrenados en el desarrollo de poderes psíquicos y, de ese modo, usar su mente como arma. La misión de Lyn Cassidy será encontrar al creador de este cuerpo de soldados tan peculiar, Bill Django, interpretado por Jeff Bridges.

Es una comedia loca, disparatada y surrealista, una película cuya misión de entretener y proporcionar al espectador un rato agradable cargado de risas. El argumento es una historia totalmente estrambótica, cuya mejor arma es un elenco de actores de gran vis cómica, tremendamente cómodos en sus papeles. A destacar a George Clooney, al que se ve completamente en su salsa, (este tío ha nacido para interpretar papeles de este tipo), pero sobretodo, Jeff Bridges, en su papel de militar hippie.

Recomendada para aquellos, que como yo, son amantes de lo absurdo y de los sinsentidos. Dos cosas para terminar: tened paciencia, la cabra tarda en aparecer. Y no veais el trailer pues desvela gran parte de los mejores gags de la película.

sábado, 6 de marzo de 2010

Shutter Island

Para mi, a la hora de ver una película, nada es comparable a ir al cine y verla en pantalla grande con sonido Dolby Sorround. También es cierto que para ir al cine, soy muy selectiva al escoger peli y el motivo no es otro que el bien de mi bolsillo. Es decir, en el momento que tengo que apoquinar 6,40 euros (sin ser fin de semana), para ver algo que, si espero dos meses, lo tengo a menos de la mitad con extras y tomas falsas, pues quiero ciertas garantías de calidad, vamos que la probabilidad de que me guste lo que veo sea alta. En mi caso, hay tres directores que siempre están a la altura de las espectativas y cuyas películas, hasta la fecha, valen lo que pago: Clint Eastwood, Alejandro Amenabar y el maestro Martin Scorsese.
Como supondréis, al ver el título de la entrada, ayer por la noche le tocó a Scorsese y he de decir que di por muy bien invertida la pasta: me encantó y me entretuvo. Y no debemos olvidar que la función del cine, el objetivo principal es entretener al público, que para educar ya están los colegios, institutos y universidades.
El argumento es sabido pero, por si hay algún despistadillo, pues ahí que va: En el verano de 1954 dos agentes judiciales Teddy Danniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo) son detinados a una remota isla en la costa de Boston en la que hay un centro penitenciario-psiquiátrico dirigido por el inquietante Dr Cawley (Ben Kingsley). Allí han de investigar la desaparición de una de las reclusas: una peligrosa asesina (Emily Mortimer). No pasará mucho tiempo sin que se den cuenta de que el centro no es lo que parece y que la isla esconde algo más peligroso que los pacientes y, para acabar de enredar las cosas, una tormenta los deja atrapados allí.
Extraordinario trabajo de guión por parte Kaeta Galogridis, adaptando la novela homónima escrita por Dennis Lehane, si a esto le sumamos el toque de Scorsese, pues qué decir: peliculón. Los amantes del suspense no pueden ni deben perdérsela. La inquietante atmósfera creada es realmente hipnótica, te atrapa y, el hecho de que el argumento se desarrolle en un psiquiátrico situado en una isla, aporta a la película una extraña mezcla entre thriller psicológico y drama perturbador que proporciona al espectador una sensación de desasosiego, amplificada por el juego de imagen + música.
Magnífica interpretación de Leonardo DiCaprio (se sale), aunque personalmente, me quedo con la de Ben Kingsley, éste último dándole el toque siniestro perfecto, al director del penitenciario no muy dispuesto a colaborar con la policía. Muy correctos Michelle Williams, en el papel de mujer de DiCaprio, y Mark Ruffalo.
Scorsese se aparta de su propio cliché, se ha arriesgado y ha hecho esta película tan poco común dentro de su abultada filmografía. En mi humilde opinión de espectadora, ha pasado el examen con nota.