Hace tiempo oí en alguna parte, la verdad es que no recuerdo muy bien donde, la siguiente frase: " La felicidad completa no existe, lo que hay son momentos de felicidad". Si he de ser sincera, esta frase me marcó, es más, creía que era verdad al 100%. Y, sin embargo, desde hace un par de años, no puedo estar más en desacuerdo.
En mi opinión, la felicidad no es un estado transitorio: o se es, o no se es, pero no vale decir "fui feliz hasta las 6 de la tarde y luego se torció el día y ya no". Creo que el autor de esa cita confundió felicidad con alegría. A lo largo del día una persona puede pasar por todos los estados de ánimo habidos y por haber, e incluso, tener alguno repe. Y quién dice un día, dice una semana o un mes. A la hora de valorar si se es feliz o no, unas personas darán más peso a lo negativo y dirán que no son felices y habrá personas, que a pesar de los malos momentos, darán más importancia a lo positivo y, si se les pregunta, contestarán que son felices.
Personalmente, me considero una persona afortunada: soy feliz, muy feliz. Y claro que tengo momentos malos, como todo hijo de vecino, pero procuro que no empañan la infinidad de momentos de profunda felicidad que tengo a lo largo del día. Y, ¡ojo! conseguir esto me ha costado, ya digo que hace unos años no era una persona tan optimista y alegre como puedo ser ahora y, lo de optimista, sigo sin serlo del todo, pero vamos mejorando en ese aspecto día a día, que la felicidad hay que currársela y buscarla, no va a venir por ósmosis.
Muchos dirán que es muy fácil decir lo de no dar importancia a los malos momentos o a las malas experiencias que pone la vida en el camino, pero sí se consigue. Hay bastantes casos de gente (no es mi caso) que vista desde fuera, tendría todas las papeletas para ser una persona desgraciada y, sin embargo, se ve perfectamente la felicidad en su cara. ¿El secreto? creo que depende de la capacidad de cada persona de encontrar la felicidad en lo cotidiano, en no necesitar nada extraordinario para ser totalmente feliz. Que las grandes "cosas", los momentazos, vamos a llamarlas así, dan un subidón increíble y ayudan a agrandar, aumentar y multiplicar por mil la sensación de felicidad, pero no la proporcionan.
El otro día, conduciendo, estaba inmersa en mi mundo interior, empecé a divagar con este tema y me pregunté si era feliz. La respuesta fue afirmativa, como ya adelanté antes. Lo siguiente fue pensar en aquellas cosas, en aquellos momentos que me hacían sentir tan bien, estos son algunos:
- El trayecto en coche los viernes, cuando vuelvo a Pontevedra. Realmente disfruto ese momento. Voy todo el camino con una sonrisita tonta. Ese momento en el que estoy en carretera, con mi musica, (ya se ha acabado la semana) estoy totalmente en paz y relajada.
- Tarde de compras con parada para repostar (aclarar que para mí gasolina = café). No es necesario comprar nada, sólo ir de paseo y las tiendas son una excusa.
-El café de mediamañana con los compañeros de trabajo: me encanta mi trabajo, pero en el ratito del café, me lo paso bomba y me río muchísimo.
-En verano, tarde de playa. Pero no me vale cualquier cosa, hay un ritual: lo primero es que tengo que ir sin prisa, tiene que dar exactamente igual a la hora a la que baje y a la hora a la que vuelva a casa. Ir andando hasta allí, por supuesto (es un cuarto de hora, no es algo herniante), una vez allí, caminar por la arena (suele ser una media de cinco veces ida y vuelta, tengo la distancia medida, en total es algo más de 9 kilómetros), me gusta ir acompañada, hablando (la ausencia de acompañante es suplida con iPod, pero para esto, mejor charla que música). Luego bañito relajante nadando una buen rato. Para secarme, una partida de palas y, cuando anochece, de vuelta a casiña, ducha y salir a tomar algo.
-Ir a una librería y salir con botín bajo el brazo.
-Una buena peli, en buena compañía. No tiene porqué ser en cine y pantalla grande, en casa de alguien tirados en el sofá.
-Tertulia y confesiones en torno a una humeante taza de café. Nota: soy perfectamente consciente de que tomo mucho café, es mi único vicio y lo llevo al extremo.
-Planificando actividades que me apetece hacer. Ahora mismo estoy inmersa en la plainificación de una escapada de fin de semana en mayo y lo paso pipa, yo creo que lo paso casi tan bien, como luego en el viaje en sí.
-Cuando estoy con mis amigos y se nos va la pinza de tal forma que empezamos a decir tonterías y nos reímos con cualquier chorrada.
-Cuando me engancho a una serie y encuentro a otra persona que la sigue con la misma devoción que yo: me puedo tirar horas hablando y teorizando sobre ella (por supuesto, con café de por medio).
-Cuando empiezo a tener confianza con la gente a la que acabo de conocer y veo que empeamos a vacilarnos mutuamente.
-Cuando consigo hacer algo que no era capaz y cuando mejoro en algo que ya hacía.
Seguramente, alguna más me he dejado en el tintero, pero aún así, a la vista de todo esto creo que puedo afirmar con total rotundidad dos cosas:
1) Soy una persona muy afortunada.
2) Definitivamente, soy una persona feliz.
Para finalizar, lanzo una pregunta: ¿Qué situaciones de la vida cotidiana contribuyen a vuestra felicidad?
Personalmente, me considero una persona afortunada: soy feliz, muy feliz. Y claro que tengo momentos malos, como todo hijo de vecino, pero procuro que no empañan la infinidad de momentos de profunda felicidad que tengo a lo largo del día. Y, ¡ojo! conseguir esto me ha costado, ya digo que hace unos años no era una persona tan optimista y alegre como puedo ser ahora y, lo de optimista, sigo sin serlo del todo, pero vamos mejorando en ese aspecto día a día, que la felicidad hay que currársela y buscarla, no va a venir por ósmosis.
Muchos dirán que es muy fácil decir lo de no dar importancia a los malos momentos o a las malas experiencias que pone la vida en el camino, pero sí se consigue. Hay bastantes casos de gente (no es mi caso) que vista desde fuera, tendría todas las papeletas para ser una persona desgraciada y, sin embargo, se ve perfectamente la felicidad en su cara. ¿El secreto? creo que depende de la capacidad de cada persona de encontrar la felicidad en lo cotidiano, en no necesitar nada extraordinario para ser totalmente feliz. Que las grandes "cosas", los momentazos, vamos a llamarlas así, dan un subidón increíble y ayudan a agrandar, aumentar y multiplicar por mil la sensación de felicidad, pero no la proporcionan.
El otro día, conduciendo, estaba inmersa en mi mundo interior, empecé a divagar con este tema y me pregunté si era feliz. La respuesta fue afirmativa, como ya adelanté antes. Lo siguiente fue pensar en aquellas cosas, en aquellos momentos que me hacían sentir tan bien, estos son algunos:
- El trayecto en coche los viernes, cuando vuelvo a Pontevedra. Realmente disfruto ese momento. Voy todo el camino con una sonrisita tonta. Ese momento en el que estoy en carretera, con mi musica, (ya se ha acabado la semana) estoy totalmente en paz y relajada.
- Tarde de compras con parada para repostar (aclarar que para mí gasolina = café). No es necesario comprar nada, sólo ir de paseo y las tiendas son una excusa.
-El café de mediamañana con los compañeros de trabajo: me encanta mi trabajo, pero en el ratito del café, me lo paso bomba y me río muchísimo.
-En verano, tarde de playa. Pero no me vale cualquier cosa, hay un ritual: lo primero es que tengo que ir sin prisa, tiene que dar exactamente igual a la hora a la que baje y a la hora a la que vuelva a casa. Ir andando hasta allí, por supuesto (es un cuarto de hora, no es algo herniante), una vez allí, caminar por la arena (suele ser una media de cinco veces ida y vuelta, tengo la distancia medida, en total es algo más de 9 kilómetros), me gusta ir acompañada, hablando (la ausencia de acompañante es suplida con iPod, pero para esto, mejor charla que música). Luego bañito relajante nadando una buen rato. Para secarme, una partida de palas y, cuando anochece, de vuelta a casiña, ducha y salir a tomar algo.
-Ir a una librería y salir con botín bajo el brazo.
-Una buena peli, en buena compañía. No tiene porqué ser en cine y pantalla grande, en casa de alguien tirados en el sofá.
-Tertulia y confesiones en torno a una humeante taza de café. Nota: soy perfectamente consciente de que tomo mucho café, es mi único vicio y lo llevo al extremo.
-Planificando actividades que me apetece hacer. Ahora mismo estoy inmersa en la plainificación de una escapada de fin de semana en mayo y lo paso pipa, yo creo que lo paso casi tan bien, como luego en el viaje en sí.
-Cuando estoy con mis amigos y se nos va la pinza de tal forma que empezamos a decir tonterías y nos reímos con cualquier chorrada.
-Cuando me engancho a una serie y encuentro a otra persona que la sigue con la misma devoción que yo: me puedo tirar horas hablando y teorizando sobre ella (por supuesto, con café de por medio).
-Cuando empiezo a tener confianza con la gente a la que acabo de conocer y veo que empeamos a vacilarnos mutuamente.
-Cuando consigo hacer algo que no era capaz y cuando mejoro en algo que ya hacía.
Seguramente, alguna más me he dejado en el tintero, pero aún así, a la vista de todo esto creo que puedo afirmar con total rotundidad dos cosas:
1) Soy una persona muy afortunada.
2) Definitivamente, soy una persona feliz.
Para finalizar, lanzo una pregunta: ¿Qué situaciones de la vida cotidiana contribuyen a vuestra felicidad?
11 comentarios:
Dios mío, si no fuera porque lo que tienes tú de alta lo tengo yo de baja, seríamos casi la misma persona!! jajajaj (de coña, por supuesto!)
Sólo hay dos cosas que no suscribo de tu lista, la de los paseos en la playa, yo soy más de toalla, y la de conducir, odio conducir (no se me da bien, de paso).
Lo que puedo extraer como conclusión personal, es que (aparte de detalles puntuales) la amistad y las relaciones sociales son es lo que contribuye más a nuestra felicidad. Yo ya lo sabía, pero vistos los puntos así escritos aún está más claro!:D
¡Muá!
Te lo mereces, créeme.
Anónimo: pues no puedo estar más de acuerdo. Es verdad que me gusta tener mis momentos de soledad (buscada), unas horillas a la semana sólo para mí. Pero si lo pienso detenidamente, las cosas que me hacen feliz suelen llevar compañero/a de fatigas incorporado, no hay más que ver la lista. Con lo de conducir, no puedo hacer nada, lo de caminar en la playa es ponerse y, mientras que hablas, no te das cuenta de lo que llevas andado. ;)
Amanita: muchas gracias!!!! y aprovecho para felicitarte el cumple también desde mi blog. Te doy un tirón de orejas virtual jeje. Bicos
Para mí son esos pequeños momentos,y coincido contigo...muchas veces sola, pero buscando estar sola (para eso soy muy cabezona)
Un besazo!
Nebulina: habría que buscar una nueva palabra para definir "la soledad buscada". Es que soledad suena a algo negativo y hay momentos concretos en los que es un gustazo estar sóla y en silencio.
Besiños
La siesta abrazada a El Hubby
Librerías :-)
Abrazar a mis padres, aunque sólo sea una vez al año
Un té en casa de Geniecillo Fashion, siempre me hace feliz
levantarse por la mañana y sentir que no me duele nada, eso me hace feliz , ya a mi edad 49 y con reumatismo jejeje! besitos sobrina de tu tia anonima noruega
A mi lo que me hace más feliz ,es que la gente a la que quiero lo sea,por eso no te imaginas lo que siento cuando leo tu blog de hoy,es....como ese solcito que asoma en el jardin de la abuela cuando en mitad del invierno decidimos sentarnos debajo del ciruelo a tomar nuestro café sabatino...¡ummmm¡.Tambien me hacen feliz,pero que muy feliz mis cada vez mas frecuentes viajes al pasado,...efctivamenta,la vida nos sirvió malas cartas,o eso parecía ,pero supimos inventarnos un juego nuevo,en el que ganaba el que iba perdiendo,tu y yo sabemos de lo que hablo.¡Hagan juego señores¡Beso de tu hada madrina.
BlackBetty: eres de las mías, por lo de encontrar parte de nuestra felicidad en una librería jeje ( y qué felicidad!!!). Tienes muchas cosas y seguro que habrá alguna más, eres otra afortunada.
Querida tía anónima noruega: jejejeje muy bueno tu comentario. Tengo 25 (como bien sabes) y con el frío, también me duelen los huesos. Me consta que eres feliz (de lo que me alegro). Me da que lo de la felicidad con las pequeñas cosas viene de familia, lo llevamos en la sangre. Besos
Hada Madrina: habrás observado por las condiciones en las que se dan, que estás presente en muchos de mis momentos de felicidad cotidiana. Y, saliendo de lo cotidiano, guardo en mi mente con un especial cariño cierta escapada de shopping de fin de semana.
Por los que inventaron el juego nuevo, siento una profunda admiración (además de cariño, respeto y amor) si alguna vez tengo una mano sólo la mitad de mala, espero estar a la altura de su enseñanza vital.
Besos, hada madrina.
lo de hacer feliz a los demas tiene efecto boomerang , es muy gratificante, de lo mas!.
un besito hermana querida desde el polo norte
pensare en ti en Skagen
Anónimo: no puedo estar más de acuerdo contigo. Por cierto, ¿Skagen? no lo pillé hasta que fui a google maps y busqué donde estaba situado. Va a ser que tu mensaje es para Hada Madrina ¿no? si no es así, no lo he pillado ;) ;)
Besos
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Ya que has leído tendrás algo que decir, digo yo.