lunes, 29 de noviembre de 2010

Harry Pottter y las reliquias de la muerte. Parte I

Soy fan de Harry Potter desde que a los 17 años cayó el primer volumen de sus aventuras en mis manos. Me entusiasmó desde el primer día y, aunque no soy muy aficionada a ver las pelis de los libros que me gustan mucho, con Harry hice una excepción desde el principio. No puedo decir que sea tan entusiasta de las pelis como de los libros pero he de reconocer que las novelas no están mal adaptadas, teniendo en cuenta que los guionistas probablemente hayan tenido que hacer virguerías de todo tipo para condensar semejantes ladrillos en largometrajes de entre hora y media y dos horas.

Ayer fui a ver la primera parte de Harry Potter y las reliquias de la muerte. El principio del fin de la saga. El resultado me gustó mucho y disfruté enormemente viéndola.
Las aventuras de Harry y sus inseparables Ron y Hermione ya no tiene lugar en Howarts. Han crecido y ahora deberán luchar contra Voldemort en el mundo real (mejor dicho, en el mundo mágico real) fuera de los muros de la escuela y sin el amparo y la seguridad que les proporcionaban los profesores y más concretamente Dumbledore. Ha llegado la hora de la verdad, el enfrentamiento definitivo con El Señor Tenebroso está cerca y, ya puestos, no está de más aplicar los conocimientos adquiridos en el cole durante seis cursos.

¿Cómo acabar con Voldemort de una vez por todas?  pues muy sencillo, yo os lo cuento. El Que No Debe Ser Nombrado, fragmentó su alma en siete partes y puso cada "pedacito" en objetos con cierto significado para él, los horrocuxes. Harry & company deberán localizarlos todos y destruirlos, continuando así la labor que había comenzado junto a  Dumbledore en "Harry Potter y el príncipe mestizo", anterior libro y película.

La película está hecha para verdaderos fans de la saga, es más, si no habéis visto ninguna de las películas o leído los libros hacedme caso y ahorraros la pasta porque no vais a entender nada y ya os digo que no hay un mínimo esfuerzo por parte de los responsables de la película por poner en antecedentes al público. Empieza la película a saco. No hay tiempo para ponerse al día.
Estupendas escenas de acción y logradísimos efectos especiales. Bien los actores, muy cómodos en papeles que llevan interpretando la friolera de nueve años. Gran fidelidad al libro, no podía ser de otro modo teniendo en cuenta que J.K. Rowling es productora del film. Y el corte del final, en el momento justo, se ve claramente el punto y aparte.

Por poner un pero, hay cierto estancamiento en la acción debido, probablemente, a seguir la premisa de generar suspense y preparar al público de cara a la segunda y definitiva parte. No hay sorpresas, pero sabíamos perfectamente a lo que íbamos teniendo en cuenta que hay detrás todo un señor best seller.
Doy por muy bien empleada la tarde de cine, gran colofón para el fin de semana.

viernes, 26 de noviembre de 2010

¿Qué te gusta más de ti misma y qué cambiarías sin pensarlo? (Vosotros preguntáis, yo respondo)

Si fuera modelo diría que me encantan mis ojos o mi sonrisa y que odio mis pies. Creo que la respuesta la enseñan en todas las escuelas de modelos del mundo mundial. De hecho si no responde eso, te bajan la nota y todo.
Como no soy modelo, puedo contestar la verdad y no la "respuesta estandar preparada para las entrevistas".

Pues lo que más me gusta de mí es que soy cabezota y tengo una fuerza de voluntad increbrantable. Lo de cabezota puede parecer un defecto pero yo lo considero una virtud. Cuando estoy convencida de algo al 100%, lo defiendo hasta la últimas consecuencias, caiga quién caiga. Y cuando quiero conseguir una meta, no paro hasta alcanzarla. Me llevará más o menos tiempo pero no me rindo nunca.

Cambiaría sin pensar lo gruñona que soy. Siempre estoy refunfuñando y protestando. Y quién dice siempre, dice cuando algo no me parece bien. Ojo, no confundir protestona con quejica. Para mí la gente que protesta tiene un pase, sobretodo si la protesta tiene razón de ser (mejor que sea así no quiero tirar piedras contra mi propio tejado) pero los quejicas son realmente cansinos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Sablazo en el hotel.

Lo prometido es deuda y en la entrada anterior dije que iba a contar una anécdota de hotel. Situémonos en el tiempo pues. 
Como ya comenté en la ya mencionada anterior entrada, la semana pasada la empresa me mandó a trabajar tres días a Ponferrada, lo que implicaba dormir dos noches en un hotel. Modestito, nada del otro jueves. Cuatro estrellas para ser exactos (hay que reconocer que ahí se portó).


Tras una primera noche estupenda en la que dormí de coña, probablemente y en gran parte debido a las almohadas tan mullidas que amablemente pusieron a mi disposición (y supongo que a la de todos los huéspedes) y la posterior jornada laboral en la que literalmente nos salimos del planning acabando bastante antes de lo previsto. Me dirijo a mi habitación para dejar el bolso, abrigo y bufanda (sí, hizo frío) y refrescarme antes de bajar a cenar. Y con refrescarme me refiero mayormente a evacuar que me estaba meando desde hacía un buen rato, dicho así, con toda la naturalidad del mundo mundial.

Iba por el pasillo pensando que era una pena que al día siguiente dejase la habitación sin haber hecho uso del minibar, que para más inri era gratuito, y que después de ir al baño y cambiar las botas por unos tenis, me tomaba superagustito una coca light antes de bajar al comedor. Paso la tarjetita, abro la puerta, paso la correa del bolso por encima de la cabeza y en ese momento mi vista se posa en una cestita que hay encima de la cama. ¡Ale! más "regalitos" además de geles, cepillos de dientes, esponja para los zapatos, gorros de ducha, jabones, clinex... que ya reposaban en el fondo de mi neceser a la espera de que repusieran.
¡Qué ilusa soy! no eran "regalos" era una clavada de 19 eurazos por lavarme y plancharme, dos bragas (3,50 euros cada braga ojo al dato), un sujetador, un par de calcetines y dos camisetas. ¿¿¿¿¿¿Para qué coj....(piiiiiiiii) quiero yo que me planchen las bragas?????? Mientras asimilaba lo que había pasado, mis pies cobraron vida propia y, por inercia, se dirijieron a la nevera. Mi subconsciente sabía exactamente lo que tenía que hacer: AMORTIZAR el sablazo. Así que abrí la neverita y a la cocacola que tanto pedía mi cuerpo, le siguieron una tónica y una fanta de limón.

Mientras me tomaba el refrigerio (momento experimental: daros cuenta que aún no fui al baño, los sobresaltos hacen que la vegija aumente su capacidad, sino no me explico que "la rellenase" a lo bestia y siguiera sentada en la silla mirando para la cestita de marras mientras caían una a una todas esas bebidas), hice una recomposición de los hechos. La noche anterior, cogí mi ropa y la metí en la bolsa que dejan los de la lavandería, le quité el papelito donde se anota lo que quieres que te laven (si es que quieres que te laven algo que no era mi caso) y le dejé en la parte de arriba del armario lejos del mundanal ruído y de las miradas indiscretas de los empleados del hotel. Os preguntaréis por qué no la dejé dentro de la maleta. No fue un descuído, lo hice con toda la intención. Si los calcetines desprendieran o desprendiesen olor, no apestarían la ropa que me pondría en días sucesivos.

O sea que los muy mamones, abrieron mi armario, husmearon (porque la bolsa a la vista no estaba que me aseguré y bien sabéis que cuando me aseguro de algo lo hago a conciencia) y decidieron lavarme la ropa y cobrarme semejante salvajada. Debieron pensar que ya puestos en gastos, la planchaban también y así se cobraba oportunamente un plus. ¡La madre que los parió! La de pollos que les tengo montado a mis padres y a mi hermana por abrirme el armario sin mi permiso y vienen estos y no se quedan en abrir sino que, por encima, cotillean. ¡La madre que los parió otra vez! (y otra más, que puestos en gastos yo también hago recargo).

 Tras atender una llamada de mis padres, con los que no escatimé en expresiones malsonantes para dejar patente mi estado de gran cabreo, bajé a cenar. Tras la cena con mis compis, fui a recepción para ajustar cuentas, ya que, aunque por esta vez generosos, en la empresa no me pagaban el planchado de la ropa interior, y le dije en el tono más educado que me salió (estaba totalmente calmada, la cena hizo milagros) que me cobrasen el servicio de lavandería que, para nada, había pedido. Al final resultó que para solventar "el mal entendido" (todavía sigo sin entender qué entendieron mal) me cobraron únicamente los costes que les suponía a ellos. Me siguió doliendo pero algo menos.
¡Ah! y se me olvidaba, con la cena tomé una botella de medio litro de agua y todavía subí y me puse cómoda antes de evacuar. Empíricamente probado: los sobresaltos ensanchan la vejiga.

sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Qué ha sido de mi vida en las últimas semanas? El resumen, aquí.

"Peacho" ausencia en el mundo blogger la mía de estas últimas semanas, pero es que no daba para más. Voy a hacer una confesión: "Me llamo María_MC y no soy superwoman. No muy a menudo, pero a veces me canso y todo".
El día tiene únicamente 24 horas y a mí, de verdad, que me hacen falta un par de ellas más. Mi problema es que no renuncio a nada y las horas que necesito se las quito al sueño. Consecuencia: llega un momento en el que me convierto en un zombie que hace las cosas por inercia (respirar incluído). A continuación, resumen de lo que me deparó el destino en estos días en diversos aspectos: algunos importantes, algunos nimios y otros me los reservo para mí.

En primer lugar el motivo de mis desvelos del último mes y medio: quema en la empresa a nivel estatal. Mucha gente a la calle, no hubo distinciones entre fijos y eventuales. Afortunadamente , por ahora, me mantengo en mi puesto más de medio año más, en principio. Yo libré, pero no todos tuvieron la misma suerte. Mierda de crisis que no deja a una llevar una vida estable y sin sobresaltos.

Este mes y medio de sufrimiento en silencio ha hecho que me plantee seriamente por primera vez desde que acabé la carrera el irme al extranjero a trabajar. Hasta ahora es una posibilidad que contemplaba de refilón. No quería, ni quiero, marcharme de España pero también soy consciente de que tengo que comer y me subo por las paredes cuando no tengo nada que hacer. Soy una persona hiperactiva que necesita trabajar/estudiar como respirar. Aquí las cosas pintan peor que en el resto de Europa, por lo que me iré donde pueda trabajar. Si alguien sabe de un país en el que necesiten desesperadamente Ingenieros Químicos especializados en Ingeniería Medioambiental y de Procesos, por favor, no os cortéis. Mi mail es el del perfil.

Por otra parte, la empresa me mandó a trabajar unos días al Bierzo, la tierra de mi abuelo. Tengo que volver con calma un fin de semana porque el trabajo no me dejó ver poco más de los alrededores del hotel y, por lo visto, hay unas rutas de senderismo alucinantes por la zona y tengo ganas de una escapada de fin de semana dedicada al senderismo. Fue emocionante, creo que mi sangre leonesa fua la que más fluyó por mis venas con más fuerza esos días.
Más cosas. Me corté el pelo. Ya no podía retrasarlo más, tenía que sanearlo después de haberlo castigado en verano con salitre y cloro. Llegué tan agotada a la peluquería que le dije al peluquero: "Diego, haz con mi pelo lo que te de la gana, no tengo ni fuerza ni ganas de pensar. Corta lo que tengas que cortar, es sólo pelo, ya crecerá". Creo que saltó una alarma en la peluquería y todo. Por lo visto no es muy habitual que la gente le de manga ancha a los peluqueros. Estaba dispuesta a renunciar a la melena que tanto me costó dejar crecer. Su respuesta fue: "Ni de coña, eres muy alta y estás delgada, la melana larga es lo que te sienta bien y este año se llevan las melenas largas con volumen". Si tú lo dices.... no sé de pelo me fío al 100%.  Así que, a pesar de mi buena voluntad inicial, el resultado fue que me recompuso el capeado y me cortó las puntas. Vamos, que me arregló lo que tenía.

Libros leídos y que reconmiendo: "Desayuno en Tiffany´s" de Truman Capote. Es un libro de relatos cortos muy recomendables todos. Son a penas 150 páginas, así que se lee rápido. Ideal para la gente que no tiene mucho tiempo pero no renuncia a su tiempo de lectura diario, aunque sea media hora antes de apagar la luz.
"El camino" de Miguel Delibes. Simplemente extraordinario. El premio Nobel de literatura está totalmente devaluado desde el momento en que Don Miguel se murió sin ganarlo. Que les den al jurado, no tienen ni idea de literatura.

Películas recomendadas: "El crepúsculo de los dioses" de mi adorado Billy Wilder. No me cansaré de ver películas de este genio del séptimo arte. "La gran evasión" una de las películas favoritas de mi padre y también lo era de mi abuela. Muy pero que muy requeterrecomedable. Creo que la he visto como 100 veces (básicamente siempre que la echan por televisión) y nunca me canso. Además, atencion chicas: sale Steve McQueen, que siempre es un aliciente ;).
La siguiente que tenemos en la recámara (es que estas pelis las veo con la misma gente siempre) "Irma la dulce" y alguna de Berlanga (D.E.P.), que ya hemos hablado que hay que hacerle un homenaje de la mejor forma que se nos ocurre: viendo alguna de sus películas. Tenemos que hacer una puesta en común para elegir una que no haya visto nadie.

En el apartado de series, voy a recomendaros dos de mis descubrimentos más recientes: "The good wife" y si además os pasa como a mí, y tenéis debilidad por las series de abogados, acaba de convertirse en imprescindible. Somos varios los miembros de mi familia los que estamos enganchados a los casos de Alicia Florick.
"Cougar Town" la serie de Courtney Cox (Mónica en Friends), tras el fiasco de "Dirt", comedia disparatada para reir a mandíbula batiente. Capítulos de 22 minutos ideal si se dispone de poco tiempor y urge la necesidad de reir.

Por último, por si a alguien le produce curiosidad mi persona y considera que no cuento lo suficiente de mi vida, obra y milagros en este blog, a la derecha acabo de habilitar un gadget para Fromspring. El mecanismo es sencillo: me hacéis preguntas y yo respondo. Prometo responder siempre aunque sea un "sin comentarios" si veo que la cosa pasa de madre.
Y nada más por ahora, a lo largo de la tarde iré leyendo vuestros blogs y me iré poniendo al día con vuestras vidas. En la próxima entrada: anéctota de hotel.



lunes, 1 de noviembre de 2010

"La red social" de David Fincher

Colofón perfecto para un fin de semana largo que empezó con una cena el viernes con los compañeros y amigos del trabajo, seguido de 48 horas en total estado vegetativo para recuperarme de las últimas dos semanas que fueron durillas en el plano laboral. Bueno, duras no es la palabra, la palabra es "agotadoras" o "extenuantes". Salvo para dormir, me puse los vaqueros de "andar por casa" y no me los quité para nada, consagrando el fin de semana de lluvia a mansalva (¡oh! qué raro) a ver series, películas y lectura.

De vuelta a Ourense, decidimos ir al cine a ver "La red social". No fue una decisión espontánea, se habló el otro día viendo mujeres ricas. Tanto el día propio como el día antes, cuando nadie se dio cuenta que La Sexta, había decidido cambiar el día de emisión.
La peli nos gustó a todos. Nos pareció muy entretenida y, teniedo en cuenta que éramos cinco y que cada uno somos de nuestra madre y de nuestro padre, es un síntoma de que que llega a todo tipo de público.

A estas alturas, supongo que no hará falta que cuente de forma pormenorizada de qué va la película. Quién más y quién menos habrá leído, oído o visto algo sobre ella.  Basada en una historia real y tomando como punto de referencia el libro "Multimillonarios por accidente", en ella se narra la historia de cómo Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), genio de la informática para unos y friki antisocial para otros, pasó de ser un don nadie en los pasillos de Harvard al multimillonario más joven de la actualidad por haber tenido la brillante idea de inventarse la archiconocida red social Facebook.

En el largometraje se simultanean imágenes de la creación de la empresa desde sus cimientos hasta el espectacular crecimiento que tuvo en muy poco tiempo, con otras en las que se muestra las dificultades legales a las que debe de hacer frente el protagonista en forma de dos demandas: una por parte de dos hermanos compañeros de universidad que lo acusan de haberles robado la idea y otra por parte del cofundador, director financiero de la empresa y, casualmente, la única persona con la que podría decirse que mantiene una relación de amistad real. Éste lo acusa de haberle robado su participación en la empresa. El que sienta curiosidad por saber más, ya sabe lo que tiene que hacer.

Me parece curioso el tratamiento que se le da al protagonista. Desde el minuto cero se deja claro que es un ser totalmente antisocial, no tiene amigos, no sabe interactuar con la demás gente con la que no se corta un pelo a la hora de dedicarle todo tipo de ironías e improperios. Pasa olímpicamente de todo y de todos y, paradójicamente y gracias a la magia de Internet, en una noche de borrachera pone la primera piedra para crear la mayor red social que sirve para que personas de cualquier lugar del mundo puedan relacionarse entre sí. Algo irónico sí que es ¿no? Definitivamente este presonaje no está construído para caerle bien al público, Jesse Eisenberg lo captó a la perfección y nos proporcionó con sus gestos, miradas y demás al empollón insufrible que se esperaba de él.

Además de porque soy consumidora habitual de redes sociales y, por tanto, el tema me produce una gran curiosidad, dos son las razones principales por las que quise desde un primer momento ir a ver esta plícula: dirección de David Fincher y guión de mi idolatrado Aaron Sorkin. A aquellos que esperen ver las señas de identidad de Fincher a lo largo de toda la película, ya les adelanto que no va a ser así. Decir que es una película en la que el peso lo lleva totalmente la historia y no la forma en la que se nos hace llegar. Predominio claro del mensaje sobre el mensajero.

Y nada más, es una buena película que, en mi opinión, no llega a la categría de grande pero sí a la de muy entretenida. ¡Ah! se me olvidaba. Pensé que habían sido paranoias mías, pero en el coche una vez había acabado la peli ví que no había sido la única en pensarlo. ¿Qué narices le hicieron a Justin Timberlake con el maquillaje? Está amarillo, parece que padece del hígado y le echan un pilón de años encima.