Una maravillosa casualidad me llevó a descubrir esta novela. Siempre he dicho que, en materia de literatura de entretenimiento, no hay nada como una novela de espionaje bien escrita, ya que, en una misma novela, hay una concentración de varios temas: suspense, traición, dosis de romance etc. Sin duda alguna, Sin respiro, está a la altura de las circunstancias.
Pongámonos en situación: una veraniega tarde de sábado Ruth Gilmartin acude con su hijo Jochen a visitar a su madre, Sally Gilmartin. Cuando la visita se acaba, y no antes, y se disponen a montar en el coche de regreso a su casa, Sally pone en manos de su hija el primer capítulo de un manuscrito titulado “La historia de Eva Delectorskaya”, cuando ésta le pregunta quién es esa tal Eva, Sally responde que ella, que ese es su verdadero nombre. De esta forma tan sutil, vamos a decir, se entera de que su madre fue una espía de los Servicios Secretos Británicos durante la II Guerra Mundial.
Este es el punto de partida de esta historia. A partir de aquí se intercala la narración de cómo fue reclutada Eva Delectorskaya como espía y la evolución que la lleva a ser Sally Gilmartin, con el proceso de asimilación de la noticia por parte de Ruth. Y digo proceso porque no sólo le suelta la bomba informativa, si no que, por encima, lo hace por capítulos.
El autor, William Boyd, que fue galardonado con el Costa Novel Award en 2006 por esta novela, narra esta interesante historia de espionaje y contraespionaje de una forma meticulosa, pero directa, sin rodeos innecesarios, manteniendo en el lector el suspense hasta el último momento, de forma que es necesario llegar hasta el final para comprenderlo todo.
Si se me pregunta mi humilde opinión, aunque creo que ésta ha quedado bastante clara, diré que realmente merece la pena leer esta novela. Cuando la tuve por primera vez entre mis manos, tuve una corazonada, no lo dudé ni un segundo y no me equivoqué. Cuando llegó el momento de devolverla tuve serias tentaciones de hacerme la sueca y quedármela, pero qué le voy a hacer soy un buena chica.
6 comentarios:
Estoy buscando títulos así que gracias por la idea ;)
Un beso!
Hola Nebulina y bienvenida. Ya me contarás si a ti también te gustó el libro, yo por mi parte procuraré seguir escribiendo algo de los libros que vaya leyendo así que cuando busques más títulos, ya sabes (no es un autobombo descarado aunque lo parezca). Por otra parte, admito cualquier sugerencia literaria que aumente mi lista de libros por leer, que ahora mismo está compuesta por un total de 8 (contando con el que estoy ahora). Espero que nos leamos a menudo. 1 biquiño
Dag Solstad es bastante conocido aqui en Noruega y en concreto la novela "Genanse og verdighet" que tu nombras es de los años 90 .Yo no la he leido pero el argumento parece interesante en estos tiempos consumistas.
Un besito
tu tia noruega
Hola tía mía Noruega! gracias por la información. En la biblioteca no tienen el libro, que ya lo fui a mirar. Tan poco es que me corra una prisa excesiva porque tengo muchas cosas que leer en la recámara y, además, a la vuelta de vacaciones la profe de inglés nos dice cuáles son los libros de lectura para preparar el First. Supongo que lo terminaré encargando en una librería, tarde o temporano lo leeré espero que antes del verano y así comentamos. Me interesa el tema porque tengo entendido que allí teneis un sistema educativo muy diferente al nuestro y, ya que puedo contrastar la información con fuentes de primera mano...
Besos, seguimos en contacto
Eso de que te enganche así un libro esta muy bien, porque hay veces que son unos bodrios...jejejejeje.
Me apunto ese, tiene buena pinta. Gracias por el comentario y encantada de leerte yo tamb :D
Hola Tanais! me alegro de tenerte por aquí. Antes me obligaba a acabar los libros que empezaba con lo que algo agradable como es leer, se convertía a veces en un suplicio (soy cabezota hasta para eso), ahora les doy 100 páginas para engancharme (creo que ya lo comenté en alguna entrada). Valoro mi tiempo libre y no lo pierdo con bodrios infumables.
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Ya que has leído tendrás algo que decir, digo yo.