sábado, 5 de diciembre de 2009

Fauna de gimnasio

Me encanta el deporte, lo adoro. Hay quien dice que es como una adicción para mi, a esta gente siempre les contesto lo mismo: “La diferencia entre mis adicciones y las tuyas, es que la mía no sólo no es perjudicial para la salud, sino que está recomendada por la O. M. S.” Curiosamente, casi siempre el que critica el exceso de deporte es una persona que el máximo movimiento que realiza al día es girarse en el sofá para pedir que le traigan una cerveza, mientras que se enciende un cigarrillo, eso si hacen varias repeticiones.

Me encantaría practicar deporte al aire libre, además de una mayor sensación de libertad, cuando corres no te da la sensación de ser un hámster dentro de una jaula, pero eso en Galicia en invierno es imposible. Por poder, se podría pero en lugar de beneficios lo que se obtendría sería una pulmonía de padre y muy señor mío. Si se pretende evitar el hacer ejercicio 1 día si, 15 no, tener una cierta continuidad, no queda más remedio que apuntarse a un gimnasio. Y en el momento en el que pones un pie en uno, te das cuenta de que entras en un universo paralelo en el que coexisten diferentes razas o culturas perfectamente delimitadas y diferenciadas entre si. Hoy voy a hablar de una de mis favoritas: las señoritas yo-eso-no-lo-hago-que-marco-músculo.
Cuando vas a un gimnasio, la actitud ideal es ir por eso de estar saludables, ya se sabe que es recomendable hacer deporte de cierta intensidad varias veces a la semana, lo dicen los médicos y el sentido común. Además de los beneficios para la salud, el deporte proporciona otros a mayores que son digamos más visibles, son los resultados que saltan a la vista. Como consecuencia de machacarte en el gimnasio, además de mejorar en fuerza, resistencia, optimizar la capacidad pulmonar y cardiaca también se obtiene como resultado el tener un cuerpo atlético, acorde con los cánones de belleza que trae como consecuencia, a su vez, una mejora brutal de la autoestima, tú te ves mejor, y eso te reporta una mayor confianza en ti mismo y así un largo etcétera de repercusiones excelentes. Pero no se debe perder la perspectiva, el objetivo principal: se busca salud y además de ésta, se obtiene belleza.
La principal característica de los sujetos que son objeto de nuestro estudio de hoy es la siguiente máxima: “Voy a ponerme guapa y si eso pues ya mejoro en salud, pero tampoco es imprescindible”.

Hay dos fechas clave para su incorporación al gimnasio que no fallan, la más evidente el 2 de enero (los propósitos de año nuevo, ya se sabe), pero la gran masificación viene mediados de abril debido a la O. B. (Operación Bikini). Ven que en menos de dos meses hay que lucir figurín en la playa y se les echa el tiempo encima. Su aparición en el gimnasio suele ir acompañada de alguna dieta rara sacada de alguna revista, en la que se deja de comer de todo y únicamente se come un solo tipo de vegetal que por lo visto tiene unas propiedades acojonantes (antioxidante, hidratante, saciante, quema calorías….), eso si, cinco veces al día, no nos saltamos ninguna comida que esto es una dieta supersaludable. Para beber se mezcla agua con unos polvos comprados en un herbolario de color caca-negra, (de verdad que me pregunto porqué no los hacen de un color un poco más agradable, que no parezca que bebes algo salido de una alcantarilla) y se va con la botella que contiene la mezcla a todos lados y se dan tragos continuamente (debe ser imprescindible el llevar contigo la botella siempre para que la dieta funcione porque si no, no me explico que se cargue con ella a todos lados).

El momento de pagar la matrícula es superimportante, aún no nos hemos puesto el chándal y ya notamos una mejoría brutal, ya parece que hemos adelgazado una barbaridad. En el momento que sales de inscribirte, cruzas una barrera mágica que hace perder peso de forma automática. Yo creo que alguna, si hubiera un báscula en el vestuario, se pesaría en ese mismo instante para comprobarlo. Debe ser que los 40 euros que dejaron en recepción pesaban una barbaridad y, si a eso le sumamos la ropa, el calzado que llevemos puesto y la botella con el líquido negro, por lo menos van 2 kg menos.


Nos cambiamos y salimos “al ruedo” en una mano la toalla y el móvil y en la otra la famosa botella. Nos dirigimos al monitor y cuándo nos pregunta qué queremos hay dos contestaciones de manual. Si se empieza en enero, “vengo a bajar los turrones” (como si el resto del año no hubiéramos comido nada), y si se empieza en abril “vengo más que nada a tonificarme de cara al verano”. El monitor nos manda a calentar, así que nos vamos a la cinta que ponemos a una velocidad irrisoria (no nos vamos a pasar el primer día) y, casualidades de la vida, siempre, siempre, siempre recibimos una llamada telefónica que contestamos después de bajar aún más la velocidad para poder andar y hablar sin asfixiarnos.

La otra característica destacable de esta “etnia” es que siempre se quejan del ejercicio que se les manda, nunca están conformes. Como nos hemos empollado todas las revistas de belleza de ese mes, sabemos perfectamente qué ejercicio hacer y cómo hacerlo. Y el acabose es cuando hay pesas de por medio, entonces es cuando se escucha la famosa frase que da nombre a la raza “yo eso no lo hago que marco músculo”. Si se les mandan 3 series de 15 repeticiones “se readapta”, así que hacemos 1 y media de 10 repeticiones cada una, es decir, 1 serie de 10 y una de 5. La otra corriente es coger una mancuerna de peso mucho menor (imprescindible que el peso de verdadera risa) y hacer 3 repeticiones de 20, acompañándolo de la frase “me pongo poco peso, pero hago muchas repeticiones”. Y si se ve una chica que está en forma, automáticamente se piensa que es vigoréxica o que está preparando unas pruebas físicas para entrar en algún sitio, nunca se hace ejercicio por el placer de la superación personal.

Cuando se está sudando como verdaderos pollos, la creencia popular es pensar que se pierde grasa y la felicidad va en aumento cuanto más se suda. ¿De verdad se creen que se suda grasa? ¿Es que no se dio ciencias naturales en primaria? Tiene que ser un mecanismo de autoconvencimiento, porque sino resulta inexplicable.

Después de este primer día tan intenso, en el que por lo menos se han perdido 5 kilos (puede que 6 si la llamada de la cinta fue inferior a 10 minutos, se pudo aumentar la velocidad así se sudó más y se perdió más grasa), se llega a casa se ven embutidos y dulces y se piensa que perder peso tan rápido no puede ser sano, así que me hago un bocata, y me tomo unas galletas dietéticas-saciantes-adelgazantes que regalan en el herbolario por comprar los polvitos, pero en vez de mojarlas en leche (que engorda una barbaridad), lo hago en un vaso con el líquido negro de marras, que estamos de dieta. Y mañana y pasado, no voy al gimnasio que tengo agujetas, así que en vez de comer la comida de pájaros cinco veces al día suprimo la de media mañana y la de la cena y me bebo dos botellas de líquido negro al día en lugar de una, para compensar.


Para acabar sólo me limitaré a parafrasear a un profesor de biología de mi instituto la única dieta que funciona es la que sigue esta regla: “Menos plato y más zapato” y esta que es de cosecha propia: “Los milagros sin bisturí no existen”.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo y veo cierto reflejo de lo que a mi me pasa. Cuando se lee es cuando uno se siente ridículo.

Anónimo dijo...

jajajajajajaja!!!! Muy típico!!!!! :D

Anónimo dijo...

jajajajaja. Estoy totalmente de acuerdo con tooodo y aunque de este tema ya hablamos en nuestras horas que compartimos en el gimnasio es muy gracioso leerlo todo junto y darte cuenta de que todo eso ocurre en realidad.
Bueno ahora que ya empiezan las vacaciones volveremos a ir juntas al gimnasio e iremos preparando los comentarios para el dia 2 que ,como bien dices en este texto, habrá muucha gente de esa raza "yo eso no lo hago que saco musculo"y tendremos que observarlas bien para ver si podemos sacar alguna otra caracteristica de esa gente.jajaja.
1 besitooO

María_MC dijo...

En nuestras horas de gimnasio, lo que tenemos que hacer ahora es estudiar otros grupos y el siguiente análisis lo hacemos entre las dos, que seguro que lo pasamos pipa escribiéndolo.
1 besiño

Anónimo dijo...

voto por esa idea de crear otros grupos en los que meter a otras personas del gym!!en breves empezamoooOs

Anónimo dijo...

ya esta la segunda parte a puntito no??jaja

María_MC dijo...

Estamos en ello, en breves caerá. y Ya estamos divagando con Fauna de Gimnasio III jeje

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Ya que has leído tendrás algo que decir, digo yo.