miércoles, 28 de abril de 2010

Bailando por la calle.

Imaginaos la siguiente situación (situación 100% real, de hoy por la mañana): suena el despertador a las 6:45 de la mañana, en una hora tengo que estar entrando por la puerta de la oficina y, por encima, es de esos días en los que me da la sensación de que acabo de apoyar la cabeza en la almohada. Desde luego que no empezamos el día con el mejor pie.

Mientras desayuno, me ducho y me visto, me hago una composición de lugar de lo que me voy a encontrar sobre mi mesa y caigo en que es algo que no me apetece nada hacer, es un auténtico trabajo de chinos que, además, es bastante aburrido y hay que tenerlo hecho para YA, vamos lo que se dice cero presión.
Que conste que esto no suele ser así, me encanta mi trabajo y realmente disfruto haciéndolo, pero supongo que no siempre se trata de lo que uno quiera o no. Desde luego que mi humor no era lo que se dice el mejor.
Salgo por la puerta de casa, me pongo el iPod. No me he dejado ninguna canción estimulante (Motivation Song) preparada, a pesar de que hoy más que nunca la necesito. Supongo que tendré que buscarla por el camino que no es muy largo, unos 900 metros aproximadamente, por lo que más vale que la encuentra rápido. Los dioses de la música, de Apple y de iTunes se pusieron de mi lado y la canción con la que lo había apagado el aparatejo de marras el día anterior era esta:




Mi actitud cambió radicalmente, el ceño fruncido se transformó en una sonrisa de oreja a oreja, y tan metida iba en mi mundo y en mi música, que no me di cuenta que mi movimiento cansino de pies había pasado a ser un bailecillo mientras dirigía mis pasos a la oficina. ¿Os habeis fijado en Pink durante el videoclip? Pues ya os haceis una idea. Aunque no agitaba los brazos con tanto brío y no la tomé con el mobiliario urbano. Es que ni siquiera consiguió cortarme el rollo la señora que esperó a mi lado a que el último semáforo antes de llegar a mi destino se pusiera en verde. Me daba absolutamente igual todo y todos en ese momento. Cuando atravesé la puera de la oficina me supe comportar como una persona cabal ¿eh?.
Decir que el día de hoy fue un GRAN DÍA en todos y cada uno de los aspectos de mi vida. Incluso la tarea de hoy no me pareció tan pesada después de todo, bueno no: fue un coñazo total, pero lo llevé con mucha alegría.

¡Ah! una advertencia para aquellos que finalmente decidais haceros con la canción. Si la poneis en el coche (yo la tengo incluída en uno de los cds que descansan en la guantera del mío), vigilad el cuenta-kilómetros. En serio, hacedme caso que es muy fácil dejarse llevar por la emoción y más cuando se va por una autovía de doble carril. El que avisa no es traidor, no quiero quejas si empiezan a llegar multas por exceso de velocidad a destajo. Avisados quedais.

7 comentarios:

Mi bici y yo dijo...

Yo eso también lo he hecho alguna vez y a quién no le guste que no mire, y en el coche lo doy todo cuando me paro en los semáforos y me pongo en plan OT: cantando como si tuviera un micro, eso sí, con las ventanillas subidas.

Me alegro de que hayas tenido un gran día, que te levantes con ganas de morirte no quiere decir que en 1 hora no puedas dar un giro de 180º

Besitos, sobri

AtHeNeA dijo...

María + música (adecuada) = terremoto
besiños

Anónimo dijo...

Seguro que estás enamorada o te has fijado en alguien de la oficina...son esas pequeñas cosas (y vale, la música del camino) las que hacen que nuestro día sea redondo (sin serlo especialmente) ¿o habías desayunado un donuts? jaja

María_MC dijo...

Tita: lo de las ventanillas subidas es fundamental, una cosa es dejarse llevar por el momento y otra muy distinta es que la gente lo "perciba" en todo su esplendor. Yo hago lo mismo, si veo que tengo que bajar la ventanilla por cualquier cosa, bajo la música.
Besos Tita.

AtHeNeA: pues la verdad es que sí, reconozco que la música puede ser un elemento determinante en lo que a estados de ánimo se refiere. Creo que todo es una conjunción de factores, pero que la música puede ser lo que desequilibre la balanza. Otro besiño para ti.

Anónimo: el Dónuts fijo que no fue, no había comido ninguno. Ya podía ser lo del ligue en la oficina, la jornada laboral sería de lo más entrenenida. Creo que en ese caso no haría falta música.

Tanais dijo...

jajajaja habría que haberte visto!!!! el otro dia iba una chica en el coche que teníamos al lado bailando sevillanas en los semanforos y cantando, estuve a punto d ehacer un video! bueniiisima!!!!

Es increible como una cancion puede hacernos cambiar el animo de esa manera :D

Moder dijo...

:-D eres lo más...
Yo me lo aplico de vez en cuando y mi problema es que me pongo a cantar!

Sofía (mas que platos) dijo...

hola maria, acabo de llegar a tu blog por pura coincidencia y mira tu, por aqui me quedo, me encanta la forma que tienes de contar las cosas, y en cuanto a lo de la música estoy totalmente de acuerdo contigo, una canción nos puede devolver la alegria que necesitabamos, o darnos el empujoncito para salir de un mal momento, tenía que ser un show verte por la calle, ajaja. Y desde ya te tengo pendiente para agregarte a mi blog. Pásate si quieres (www.masqueplatos.blogspot.com)

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Ya que has leído tendrás algo que decir, digo yo.