En mi casa somos muy aficionados a jugar las palas. Nuestra afición llega al punto de que cada uno tiene su propia pala personalizada y únicamente juega con ésta, y que tenemos un determinado tipo de pelotas en función del tipo de arena sobre la que juguemos.
Dicho esto, a nadie le extrañará cuando lea que llevo jugando con la misma pala desde que tenía 6 años (tenía que cogerla a dos manos porque me cansaba fácilmente si jugaba mucho rato con una sola) y mi padre tuvo la feliz idea de enseñarme a jugar porque pensó que sería divertido y estaría entretenida. Todavía se acuerda de mis pataletas cuando no me tiraba la pelota justo al centro de la pala y no podía devolvérsela: “Papá me la tiras mal”, le decía toda seria en tono de bronca. Pero él seguía jugando conmigo y poco a poco iba consiguiendo que “depurase mi técnica”.
Pasados unos años mi hermana, a la que llevo casi 3 años, empezó a mostrar interés por este noble juego y ahí tenéis a mi padre jugando con las dos a la vez y teniendo que aguantar por partida doble (nunca mejor dicho) berrinches varios. Pero él a lo suyo, jugando con nosotras y mostrando infinita paciencia tarde tras tarde de playa.
A lo largo de todos estos años, he jugado con mucha gente y siempre me lo paso genial, pero mi compañera ideal es, sin duda alguna, mi hermana. Con ella he jugado varias horas cada tarde de verano y alguna que otra de invierno llegando a un nivel de entendimiento muy grande. De hecho, además del juego clásico de toda la vida, hemos desarrollado una serie de modalidades para hacer la cosa más entretenida e interesante. Algunas de ellas, son las que describo a continuación:
- Palas “ecos de sociedad”: la hemos practicado sobretodo este verano. Cuando llegaba a pasar los fines de semana desde Ourense. Mi hermana me espera con la pala en la mano, bajamos y nos ponemos al día de nuestras vidas cotilleando a la vez que jugamos.
- Palas monte: a esto sólo se puede jugar a finales de verano cuando los turistas marchan y nos quedamos “en familia” o las tardes nubladas en las que la gente, a pesar de no llover, no va porque no hay sol. Consiste en separarnos unos 20 o 30 metros y lanzarnos la pelota en plan basto. Tenemos un récord de 10 toques.
- Palas a dos pelotas: consiste en jugar con dos pelotas a la vez.
- Palas nocturnas: consiste en jugar con una pelota amarillo fosforito (como el de los chalecos reflectantes) cuando se nos hace tarde, nos quedamos sin luz y no vemos la pelota.
- Sólo se mueve una pierna: una pierna está fija en el suelo y sólo podemos mover la otra.
- Palas sin mover ninguna de las dos piernas: como su propio nombre indica, no puede moverse ninguna de las dos piernas.
- Palas giro: después de golpear la pelota para devolvérsela a la compañera, dar una vuelta girando sobre uno mismo. A esto jugamos cuando la playa está vacía. No nos hacen gracia las miradas inquisitorias de la concurrencia: nos desconcentran.
- Tirar la pala: esto es una técnica que responde a la máxima “lo que sea por dar un toque más”. Cuando ves claramente que no vas a llegar a la pelota, lanzas la pala por los aires para intentar darle una vez más.
- Palas contra el viento o “solitario”: nadie quiere jugar conmigo y mi hermana no anda por ahí y sopla una señora nortada. Se juega contra el viento. Podría sustituirse por un muro, pero te mueves más si es contra el viento.
Seguro que se me escapa alguna que otra y que antes de que acabe el verano, se nos ocurre alguna más. Lo que sí sucederá es que al final de este verano, jubilaremos de forma digna las palas y comparemos otras. Han prestado un buen servicio durante los últimos 20 años y se han ganado el descanso. Lo que no haremos será tirarlas, quedarán como reliquia.
Por cierto, la regla de oro es: nunca digas en alto y, a ser posible ni pienses: “caray cuánto estamos durando” lo siguiente que pasará sin excepción es que se caiga la pelota.
4 comentarios:
Desde luego que no os aburrís! como os lo montáis! muy buenas variantes del juego ;)
Pobrecillo tu padre lidiando con las dos jajajajajaja
Si piensas o dices la regla de oro, se hace real. JAJJAJ. Mejor no pensarla, mejor no decirla.
Un saludo que lo pases bien.
Mi pala siempre ha tenido un agujero, fijo, por eso no le doy ni bien ni mal, es que a mí la coordinación... como que no...
Tienes que explicar cómo es eso de jugar con dos pelotas porque no lo pillo, lo que sí que me gusta es lo de "palas monte" porque maña no tendré mucha, pero fuerza un rato largo. Y sí, si dices "cuánto estamos durando" se cae, siempre
Besos, sobri
Tanais: creo que uno de los días más felices de mi padre, fue en el que se dio cuenta que podíamos jugar sin "su supervisión". Hace años que no juega, debe de haber quedado bastante quemado jeje.
Aunque ahora habrá perdido práctica y seguro que es muy malo. Besos
Isabel: es matemático. En el momento en el que el pensamiento de "qué bien vamos" asoma, la pelota se cae de la forma más chorra que uno se pueda imaginar. Saludos.
Mi bici y yo: con dos pelotas, es jugar con dos pelotas a la vez (valga la redundancia), es decir, sacamos ambas a la vez y el momento en que una le da a una pelota, la otra le da a la otra. Imposible combinar esta modalidad con la de palas monte ( ya lo hemos probado). Te encantaría jugar con nosotras jeje. 1 besiño
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Ya que has leído tendrás algo que decir, digo yo.